Dios los cría y ellos se juntan.

Me dirijo directamente con el titular del artículo a algo que venía pensando y creyendo desde hace mucho tiempo, pero que hoy en uno de los titulares de La Vanguardia, que me lo pone a huevo.

Hoy Josep Gonzalez, presidente de PIMEC dice, y se queda tan ancho, "pide equilibrar los niveles formativos de los jóvenes y adecuarlos a las necesidades laborales".

Justificandolo de la siguiente manera, "Por un lado, hay demasiada gente con un alto nivel de formación que tiene que hacer trabajos poco cualificados".

Yo desafortunadamente he visto como se han convertido en empresarios algunos idiotas que, eso si, aprovechando con una buena intuición el momento y en un alarde de valentía, supieron subirse al carro de la bonanza económica y se convirtieron en habitantes de grandes casas, comedores de suculentas comidas y conductores de grandes coches. Pero fue llegar la crisis y darse cuenta que ese imperio con pies de fango los dejaba allí donde debían de haber estado siempre, en currantes (dignos como todos), pero que nunca tuvieron que dejar de ser currantes normales y corrientes, (dignos, insisto).

De estos empresarios hay algunos, me temo que muchos en asociaciones empresariales, por ejemplo PIMEC, que cuando dicen de hablar resuelven los problemas con una simpleza similar a la de niños de EGB.

¿Por qué digo esto?

Yo creo que en el momento en que este país tiene habitantes con mayor y mejores conocimientos, la industria debía de haber aprovechado esa materia prima para fabricar, servir aquellos productos o servicios que estuvieran a la altura de las espectativas que da semejante nivel de preparación. Porque no me imagino que los países árabes con grandes reservas de petróleo se dedicaran, en vez de a extraer petróleo, al cultivo de la berenjena y a la artesanía popular.

También estoy convencido que de todos aquellos que ostentan un título universitario hay un porcentaje de ellos que no sería capaz de desenvolver y de crecer en sus conocimientos, pero eso también siempre ha sido así.

Tenemos de nuevo reflexiones de gente que está en la cúspide y que alejados de ningún atisbo de brillantez o de creatividad suelta alguna burrada que saldrá sin lugar a dudas en algunos medios y que además está acompasada por muchos de sus congéneres y adoptados como dogma por muchos de ellos. La cuestión es que ninguno de ellos entona el mea culpa.

Deseo al todo poderoso sentido de la ineptitud que desaparezca de los organos de poder y dejen paso a los creativos y dignos universitarios, o no, que son capaces de crear  más empresas que tengan la tecnología y las ventajas competitivas suficientes, primero para aprovechar la cantidad de conocimiento mal aprovechado por los empresarios de tres al cuarto y segundo para ser más competitivos en los mercados nacionales e internacionales.

Para más INRI este avispado presidente de la PIMEC dice que los desempleados no pueden vivir del cuento mientras cobran el subsidio de desempleo, dando este dato como una generalidad que incluye a cualquier desempleado. Yo he conocido a desempleados, yo mismo, que desde el primer día en que estuve en la empresa más grande del país, con cinco millones de personas, no ha cejado un solo día en buscar un sitio donde aprovechar mi experiencia y mis conocimientos a cambio de un sueldo. A cambio de eso me han comentado en multitud de ocasiones que tengo un perfil muy alto, o que me faltan idiomas, o que soy mayor, o que ven una persona con demasiada iniciativa.

Ahora me he convertido en mi propio empleado porque estos medianos, pequeños y grandes empresarios se ponen a la altura de los politicastros y viendo su propia impotencia, empiezan a soltar imprudentes y desatinados comentarios que les hacen sentirse importantes, siendo mediocres e ineptos.

Saludos desde la rebeldía y desde la crítica más esperanzadora posible a pesar de todos los pesares.