Nuestros actos (actitudes) están determinados por nuestros pensamientos. Los pensamientos también los podemos formular con palabras, con frases. Quien nos juzgue lo hará por cualquiera de estas cosas, por lo que decimos o por lo que hacemos, o ambas cosas. Nunca podrán juzgarnos solo por lo que pensamos, porque es imposible saber lo que uno piensa.

En cuanto a las actitudes......(entre ellos el lenguaje no verbal), se dice que es mucho más revelador para el observador que los otros lenguajes. Además el lenguaje corporal se superpone al lenguaje verbal, porque este último actúa bajo el riguroso mando de una de las partes más primitivas de nuestro cerebro, mientras que el lenguaje verbal se rige por criterios, intereses o directrices que te mantienen en un estado de alerta que a su vez te permiten moldear en tiempo real aquello que dices, hasta el punto que puedes no ser honesto con lo que piensas cuando hablas, pero para eso pasan cosas, para tenerlas claras.

Existen además actitudes que se realizan en grupo y que pretenden dar consistencia a determinadas posturas. Son militantes por necesidad, sobre todo la gente joven, que busca su autoafirmación a través del grupo a la vez que eso les lleva a ganarse el respeto de forma recíproca.

Y por fin llegamos al "qui" de la cuestión; hay que entender que todo es opinable, que solamente es importante hacerlo de forma razonable y respetuosa, y que si no se cumplen algunas de estas dos cosas no llegan a la categoría de opinión. Que hay actitudes que desvelan lo más profundo. Y que en lo más profundo se esconden, como en el cielo a veces, obscuros nubarrones. Pero recuerdo por enésima vez, nunca es tarde para cambiar. Que hay actitudes que te hacen, o no, apto.

Todo esto en cuanto a actitudes. En cuanto a formular frases quiero recordar a dos super-cerebros, Jose Antonio Marina y Jorge Wagensberg, este último dirigió Cosmocaixa y escribió "el gozo intelectual".

Ambos, y por resumir, dicen algo muy interesante y ahora que nos peinamos canas más todavía. Hay que tener opinión propia; la conversación entre gente que tiene opinión propia eleva el debate, el interés y hace gozar intelectualmente a quien cuando dice algo lo hace con conocimiento de causa y enriqueciendo a quien aún le cuesta de ser flexible.

Amigo Xela, por utilizar el argot, méate en las esquinas, deja la esencia y opina, solo nos faltaría tener una opinión única y teledirigida, lineal, mal nos iría.

Se honesto contigo y con lo que piensas y te ganarás el respeto.

Ser honesto conmigo mismo no me ha traído más amigos, pero si que tengo de amigos a los mejores; porque me respetan, no por pensar igual que ellos, sino por tener algo que contarles y no por contarles lo que ellos quisieran oír. Hay que ser honesto con la gente que te rodea y solo puede ser así cuando eres honesto contigo mismo. Ten opinión que si no irémos en retroceso y defiéndela. Di lo que piensas, eso sí piensa antes lo que dices y ya está.