No es que quiera lucir ahora dotes de futurólogo o adivinador, pero lo cierto es que desde hace bastante tiempo a esta parte no me he equivicado, desafortunadamente, de lo que sucedía entre bambalinas y en el propio escenario de la casta política que nos desgobierna y sigue el dictado de quienes sólo ven beneficios y no ven seres humanos en todo este lío.

Me duele la boca de decir que nos ha tocado revelarnos contra todo este disparate que lo único que hace es desmontar los hitos conseguido con tantos y tantos que nos antecedieron y que sufrieron y dieron su vida por conseguir a lo largo de un par de siglos lo que estos títeres nos desmontan en muy pocos años.

Nunca en estos últimos cien años hubieron tantos medios y riqueza en los países de nuestra vieja Europa y nunca se han visto nubarrones tan negros sobre nuestras cabezas que nos dejan en una oscuridad escabrosa donde no vemos más horizonte que nuestra supervivencia diaria en el mejor de los casos, cuando no has caído ya en el siniestro foso donde se entierran todas las esperanzas y donde el futuro deja de ser lo que siempre ha sido, para ser ese recuerdo que nos hace añorar épocas que siempre fueron mejores. Nos dejan con ese ingrato mal sabor de boca que te queda al pensar que no te ves con fuerzas de poder allanar el camino de tus hijos y que lo único que dejarás serán trabajadores esclavizados, en el mejor de los casos, o consumidores que llenen el carro de sus dias, de sus vidas, con el único objetivo que esos ricos, riquísimos, lo puedan ser, y cada vez más, a costa de no haber conseguido cambiar a esos desgobernadores elegidos democráticamente e idiotamente por nosotros y cambiarlos (que alguien habrá), que realmente tengan ese espíritu de hacer la política que logre mayores cotas de justicia, de bienestar y de reparto de la riqueza que generamos con nuestra inteligencia y con las herramientas que se nos dejan disponer. De nuevo me veo en la arenga desbocada de pedir a la gente la rebelión cada día, la revolución a la primera oportunidad y la inteligencia para ser consecuente con lo que pensamos actuando sensatamente y eliminendo a esta casta de políticos que solo ansían ser poder y más poder. Que no se nos olvide que el poder está en nuestras manos y que además no podemos hacerlo de forma idiota creyendo las sandeces de quien ya ha dado muestras sobradas de sus objetivos dejandonos sin la educación, la justicia, la seguridad y la salud conseguida, como he dicho antes, durante estos últimos cien años. Aunque solo sea por no pasar a la historia como la generación más inteligente y con más conocimiento hubo encima de la faz de la tierra y que sin embargo actuó de la forma más idiota que, también, jamás hubo sobre la faz de la tierra; indignate, rebélate, cabreate, haz, sin  miedo, aquello que crees que debes de hacer, porque ya estás harto de que te tomen el pelo.