He leído atento un artículo que aclaraba que el gobierno está tramitando una nueva ley por la que se grabará a las personas y pequeñas empresas autogeneradoras de electricidad. Y la otra noticia es que el CSIC está en una descapitalización de tal calibre que puede dejar de realizar sus actividades en las próximas semanas.

Estamos en un país que hace solo cinco años hablaba de la suma importancia, (entre otras cosas), de la huella ecológica, de ser uno de los países con mayor peso específico y crecimiento en energía renobables, en la importancia de la investigación y desarrollo continuado con el objetivo de ser más competitivo, aprovechar la formación de nuestros jovenes y etc, etc.

Bien, pues la noticia es que generar edificaciones autosuficientes energéticamente supondrá para sus usuarios un coste superior al que se tiene en el uso de nuestras fuentes energéticas convencionales (aproximadamente un 25%), cortando esta iniciativa el resto de iniciativas privadas que hacen su apuesta personal de cara a conseguir un mundo más sostenible.

Se me ocurren infinidad de reflexiones sobre este tema, pero que surgen del hígado y con dolor. Seguramente estaría horas y horas soltando barbaridades que solo recordaran que estos hijos de su madre nos están descabellando como a los toros en las plazas de toros.

Se me ha ocurrido para explicar todo lo que nos sucede si no será un experimento, parecido a los que se realizaban en la segunda guerra mundial con el fin del exterminio, o si es que somos (los que nos gobiernan) tontos del ojo del culo.

Lo dicho no sigo. Pero atentos, esto es un atentado contra la dignidad y supervivencia de la gente.